NÚCLEO DE PENSAMIENTO

Cierta tradición de filosofía se ha concebido a sí misma como una actividad eminentemente teórica o especulativa. Parte del supuesto implícito de que el filósofo no necesita transformarse a sí mismo para acceder al conocimiento filosófico. La otra empresa filosófica —que denomino, para distinguirla de la anterior, filosofía sapiencial— se ha entendido, en cambio, como una actividad en la que lo decisivo no es el discurso filosófico o la arquitectura conceptual en sí, sino el estado de conciencia que el filósofo encarna y propone; en la que ambas dimensiones —pensamiento y vida, conocer y ser— son indisociables.
Es la filosofía sapiencial, la filosofía concebida como ciencia de la vida, la que nos puede dar una idea aproximada de lo que fue originariamente la filosofía en Occidente. La filosofía era entonces “sapiencial” pues orbitaba en torno al ideal de la sabiduría.

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